Mito de Perséfone y el ciclo menstrual (incluye cuento descargable)
El mito de Perséfone es una historia muy emocional que ha sobrevivido milenios, una metáfora que nos explica el paso de las estaciones así como los ciclos de la vida y de la mujer.
Se acerca el equinoccio de otoño y en casa ya hemos sacado el cuento del mito de Perséfone. Ya lo compartí el año pasado por aquí, también lo he incluido en el librito de la celebración de Mabón (que regalo con la suscripción a Substack), lo vuelvo a compartir hoy para suscriptoras, con maquetación mejorada. Por si todavía no lo tienes, suscríbete para conseguirlo.
Hoy además intentamos analizar a fondo este mito, su simbología y la relación con los ciclos de la naturaleza, la vida y la mujer a través de la evolución de Kore y su paso al mundo adulto con una simbología muy potente. Además, te propongo un par de actividades sencillas relacionadas ;)
La otra noche cuando terminamos de leerlo, le pregunté a mi peque:
¿Te gusta este mito?
Si.
¿Qué te gusta la historia o solo el Inframundo?
Lo que más me gusta es el Inframundo, me gustaría ir allí.
Bueno es parecido a estar en una cueva pero con espíritus, ¿no?
Si pero no dan miedo, y además hay metales preciosos también.
¿Qué crees que pasa cuando Kore come la granada?
Que ya no puede volver pero al final lo consigue porque si no solo hay invierno en la Tierra y la gente se muere.
(Me parece que pilla la historia, aunque el tema de la granada creo que es todavía muy pequeño, más abajo hablamos también de este símbolo. )
Los mitos, intentan explicar los eventos de la naturaleza pero sin ofrecer una lección científica. Son cantos a la vida, llenos de metáforas y de símbología que buscan movilizar la comprensión y la emoción: invitan a mirar más en profundidad y así entender el mundo. Es la idea de algo que sucede y, desde esta idea, no se contradicen nunca con el análisis científico de los eventos, se complementan. Son verdades universales.
El mito de Perséfone plasma la admiración humana por la renovación cíclica de la naturaleza y de la vida. Relatos como éste forman parte del patrimonio de la humanidad. Son fruto de una mirada hacia la realidad de la que se desprenden aprendizajes que orientan la vida humana.
Por eso creo que pueden ser una herramienta maravillosa para que la infancia vaya comprendiendo el mundo. Así lo han sido por generaciones, al igual que muchos cuentos.
El otro día te hablaba de mi amor por la Madre Tierra y las acciones que quiero llevar a cabo esta nueva temporada. Muchas de ellas pasan por estar más cerca de la naturaleza, pulsar más con ella, sentirla parte. Solo así la brecha entre Ella y nosotras, nostras y Ella, se difumina.
Para esto, pulsar con su ritmo es algo inevitable y en estos días de cambios vertiginosos en horas de luz, en temperatura y sobre todo en comienzos.., necesito parar y saborear sus regalos: la cosecha y el cambio de estación.
Para compartir contigo el sabor de la celebración del equinoccio de otoño y la cosecha, voy a escribir 3 posts aquí en substack en las próximas semanas:
Mito de Perséfone y cambio de estación (incluye el cuento del mito). Hoy.
10 maneras modernas y ancestrales de celebrar el equinoccio de otoño. (La semana que viene).
San Miguel, la cosecha y el dragón (incluye gincana y mango de espada coloreable de descarga - sábado 28).
En el post de hoy te comparto mi propia versión del mito adaptado a la infancia. Con nueva maquetación y hablamos de toda la simbología alrededor de este mito.
El mito de Perséfone adaptado a la infancia
El cuento comienza así.
“En el tranquilo y frondoso valle de Eleusis, Kore, la joven hija de la diosa de la vegetación y el trigo Deméter, pasaba sus días jugando entre campos verdes y risueñas ninfas. A Kore le encantaba salir temprano por la mañana a recoger flores y frutos para traer a su casa. En el valle de Eleusis siempre era primavera o verano y las flores y los frutos crecían por todas partes.
Démeter adoraba a su pequeña Kore, aunque se daba cuenta de que ya no era tan pequeña, había crecido y era ya una mujercita muy inteligente, curiosa y capaz.
Aquella mañana Kore estaba recogiendo flores y frutos con sus ninfas, su madre y con otras diosas amigas Artemisa y Atenea con las que se veía algunas mañanas. Su madre le había dicho muchas veces que no debía alejarse del grupo pero Kore era muy curiosa y siempre quería explorar y recoger los frutos más ricos. Aquella mañana quiso ir a ver si los frutos de los frutales cerca de la vega estaban ya maduros.
Kore vio aquel fruto en el árbol, estaba casi, casi maduro y quiso cogerlo aunque sabía que es mejor esperar a que la fruta esté completamente madura en el árbol. Su mente le decía que lo dejara pero no pudo controlar su mano, la alargó y cogió la fruta.
Entonces el suelo se abrió y apareció una grieta. Kore que era muy curiosa entró en ella. Siempre había querido saber cómo era el mundo subterráneo. Caminó hacia dentro y entonces se dió cuenta de que la grieta se había cerrado detrás de ella, ya no había luz, se sintió perdida. En ese momento comenzó a caer. Bajó y bajó y el suelo no dejaba de abrirse. Kore rodaba y rodaba y gritaba para que la ayudaran pero sus gritos ya no se escuchaban en la Tierra.”